Laura García Higueras - 3 de Diciembre de 2013   Comenta esta noticia

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Cada vez queda menos para que el Salón de la Fama abra sus puertas a nuevas figuras que con su trayectoria lograron dejar huella y firmar su propio capítulo dentro de la Historia de la Asociación de Baloncesto Colegial. Por ello, hemos querido acercarnos a algunos de los que ya son miembros para recordar cómo fue su experiencia y conocer qué ha sido de sus vidas desde que acabaron el colegio.

El primer elegido ha sido Imanol García Sendon; leyenda en San Agustín y ganador de la Copa Colegial del año 2007, y que se incorporó al Salón de la Fama en la Ceremonia de Entrada de Clase del 2011. Eso sí, su humildad hará difícil poder dar demasiados datos que le conciernan únicamente a él, ya que es una persona que ha aprendido a pensar y a hablar en plural. Su concepto de trabajo en equipo y la responsabilidad que supone formar parte de uno, hace que aun habiendo sido él el galardonado, lo comparta con los compañeros con los que aquel año, hizo historia. En sus propias palabras: “Creo que estoy porque represento a un grupo de jugadores que ha ganado la Copa Colegial y que ha trabajado mucho durante muchos años para conseguir hacer buenos papeles en el baloncesto. Fue un premio a mi generación”.

Sin embargo, todos le recuerdan por su excelente e incomparable defensa, sobre todo en la Gran Final contra Liceo Francés en la que le tocó hacerle la vida imposible a Rodrigo Zamora. “La verdad es que yo lo que mejor hacía era defender”. Para él, “la clave de la defensa son las ganas. Si tú no eres capaz de en un entrenamiento ponerte a defender fuerte a un compañero no vas a ser capaz de hacerlo en un partido. Tienes que coger mucho automatismo, muchas reacciones rápidas. Mucho trabajo y voluntad”.

A la hora de hacer memoria de su paso por la Copa Colegial, la Gran Final contra Liceo Francés es el partido que con más cariño recuerda. La Semifinal no había podido jugarla porque estaba lesionado, por lo que llegó aún con más ganas. “Fue muy bonita, muy intensa, muy táctica, un partido muy competido con mucho tira y afloja. Tuvimos que esforzarnos de verdad para ganar porque encima estábamos muy nerviosos. Nunca nos habíamos visto en una tesitura igual, con tanta gente. Fue un partido del que se aprende mucho”.

Imanol García forma parte de los conocidos como “Los Seis Jugones”. Ahora bien, ¿de dónde vino este apodo? No existe duda de que el Colegio San Agustín es uno de los que más tradición de este deporte tienen de todo Madrid. Según nos explicó nuestro protagonista: “En San Agustín se montaba un buen pitote. Se colgaban carteles, se anunciaba, la gente lo vivía y venía a verte. Hasta los profesores te lo recordaban y te iban a animar. Se llenaba y se vivía como un derbi. Recuerdo que cuando ganamos vino mucha gente a pedirnos autógrafos. Hasta empezaron a comentar que a Miguel López Linares, que había sido nombrado Mejor Jugador del Torneo, le habían fichado en la ACB ”.

Pues bien, el último año que Imanol García jugó la Copa Colegial había seis personas de su generación. Además de él, estaban Carlos Amengual, Miguel López Linares, Javier Barreiro, Fernando Léivar y Fernando de la Higuera. El resto del equipo lo completaban jugadores de categorías más pequeñas, aunque no por ello menos importantes. “Nuestros compañeros de clase colgaron una pancarta el pabellón que ponía Los 6 Jugones y en todos los partidos cambiaban una frase. Por ejemplo, ponían: Los Seis Jugones son los mejores”.

Un grupo de seis cracks que no se han separado por haber acabado el Colegio, a pesar de que no puedan verse todos los días en las aulas. “El baloncesto tiene una forma en la que aunque no tengas contacto directo en un año si te vuelves a encontrar con esa persona puedes hablar con ella como si la hubieses visto el día de ayer y siempre sabes más o menos qué es de su vida”.

Después de acabar el Colegio, Imanol García estudió Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en la Universidad Politécnica de Madrid. Continuó durante varias temporadas como jugador y también entrenador en San Agustín hasta este año que ha terminado la carrera y se ha puesto a trabajar. Ahora recuerda el día en que se enteró que había sido nominado para entrar en el Salón de la Fama con especial cariño. “Estaba de Erasmus en Suecia. Me enteré allí. Me hizo mucha ilusión. Todo el mundo se volcó a votarme: mi familia, mis amigos, la gente de allí. Fue muy bonito. La verdad es que fue una cosa que desde el momento en que salí nominado quería que pasase”.

También sonríe al recordar el día de la entrega, a la que llegó tarde “de hecho me tuvieron que esperar para empezar”, porque cogió atasco volviendo de la Universidad. Es más, su madre le dejó en la puerta y se tuvo que ir a aparcar y casi se lo pierde. Eso sí, la ceremonia fue sobre ruedas y su discurso fue uno de los más simpáticos y a la vez más emotivos. Ahora, la metopa preside con orgullo una de las estanterías de su habitación.

Puede que hayan pasado los años desde que Imanol García dejó de jugar la Copa Colegial pero su espíritu de equipo no ha cambiado. Asimismo, se muestra muy agradecido con el baloncesto: “Te da mucha experiencia, te da normalidad para afrontar las cosas. Jamás en mi vida he estado en una situación de presión igual que en la Final de la Copa Colegial”.

Eso sí, él se queda con las personas que le han ido acompañando en su camino. Porque, en definitiva, “no hubiese conocido a tantas buenas personas que tengo la suerte de conocer gracias al baloncesto”.

Aquí tenéis un mensaje para todos los nominados al Salón de la Fama de este año. Las palabras de alguien que pasó por esa situación y que acabó llevándose la metopa a casa. Seguramente su humildad, su cercanía y su generosidad tuvieron mucho que ver en ello. ¡Gracias Imanol!